Playa del Carmen es algo más que la vida sabrosa ofrecida por el mar.
También es un taller de charla futbolera.
Gente de diferentes partes del mundo aprovecha un bar o la arena para mantener con vida el arte de la conversación.
El fútbol apaga los móviles.
Basta con toparse un argentino mayor de 30 años y preguntarle qué haría si se encuentra a Edgardo Codesal en México.
En su respuesta revivimos una Copa del Mundo y preservamos la plática como lazo de comunicación.
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