l VAR es un viaje en el tiempo.
No es una herramienta arbitral, es la película Volver al Futuro.
Hoy vimos final de repetición en el Irán-Portugal y en el España-Marruecos, Kaliningrado y Saransk.
Las decisiones finales, como ha sucedido en general durante Rusia 2018, han dejado satisfechos a los involucrados.
Pero hay un detalle inquietante, perturbador. Se revisa una jugada, un momento del juego, y en consecuencia se decide. Un penal o un gol en offside, da igual. Pero antes, segundos incluso, pudo ocurrir otra acción a revisar que de haberse sancionado habría borrado de la faz de la Tierra la acción siguiente.
Más concreto, se revisa si un gol es válido o no, pero no la jugada previa en donde quizá había foul.
Es decir, a cualquier jugada revisada siempre la antecedió otra, y otra, y otra. Y no queda claro qué tan atrás se puede o se debe viajar.
Se crea, como bien lo ha explicado el Dr. Emmett Brown, una paradoja, y con ésta, mundos paralelos y consecuencias distintas dependiendo de las decisiones que se tomen en momentos diferentes, ¡o hasta en lugares diferentes!
En fútbol con VAR, el hubiera ya existe.
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