Los cojones del forcado Caixinha se reflejan en el accionar del Cruz Azul, que liquidó sin acelerar a un valiente, pero joven Gallo Blanco.
Monterrey sometió a un campeón que pecó de santo y de pasó le reventó los cojones a la fanaticada de Tigres, que ven al Rayado avanzar.
Con los cojones en la garganta lo ganó América al Diablo, que estuvo a un pelín de la diablura.
Con dos cojones y seso lo ganó Pumas al incomparablemente aburguesado Tigres.
Por ende, no hay otra. Nos aguardan unas cojonudas semifinales.
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